sábado, 12 de diciembre de 2009

¿Por qué la Historia?

¿Y por que no? ¿Porque optar por una disciplina con tan pocas salidas profesionales y no hacer alguna carrera como Derecho, Medicina o alguna Ingeniería de esas tan punteras?

Todos los días trato de buscar una respuesta satisfactoria a esa pregunta. Y creo que la respuesta debe de ser positiva pues he invertido cinco años de mi vida en el estudio de la ciencia de Clío. Y esos cinco años han sido los mejores de mi vida desde el punto de vista profesional y personal pues han ido acompañados de unos excelentes amigos que me acompañaran el resto de mi vida.

Evidentemente a lector escéptico le parecerá muy poco bagaje invertir cinco años solo por el hecho de encontrar buenos amigos, cosa que también encuentra el abogado, ingeniero o médico en sus respectivas facultades. Tiene que haber algo que me haya hecho escoger por esta ciencia en lugar de por las otras.

Lo que diferencia a la Historia de otras ciencias ya sean naturales (dedicadas a estudiar el medio en el que se mueve el hombre, con la salvedad de la Medicina) o sociales (dedicadas a estudiar la interacción del hombre con el medio y con otros hombres) es que la Historia estudia al Hombre y su progreso a lo largo del tiempo. Es un tema tan amplio como el Universo mismo. Se puede hacer una Historia de la Ciencia y dentro de la Historia de la Ciencia, ver como ha ido evolucionando la Medicina, la Botánica o la Arquitectura.

La Historia es tan compleja como el propio Hombre. Pero no solo sirve para ver desde que punto se parte y en que punto se encuentra determinada disciplina. También sirve para ver desde que punto a partido y en que punto se encuentra la Humanidad. Y es en este punto donde está la grandeza de la Historia.

Nuestros detractores nos ven a los Historiadores como un grupo de entrañables fantasiosos que viven en otras épocas ignorando los problemas de esta. O como meros archivadores de datos absurdos como el desayuno de Napoleón el día de Waterloo. No. La Historia trata, estudiando el Pasado, mejorar el Presente y levantar un mejor Futuro para todos nosotros. No se trata pues de acumular datos, se trata de interpretarlos e intentar evitar cometer los mismos errores que nuestros antepasados . Pues como veremos aquí, aunque pueda parecernos lejano, un campesino del Egipto de los faraones, un comerciante genovés del S. XV o un soldado austrohúngaro de la I Guerra Mundial se enfrentaron a los mismos problemas cotidianos que nosotros hoy día.

Sin más, muchas gracias por leer y espero que disfruteis de los hechos que aquí narraremos.

Un cordial saludo

Francisco Javier

2 comentarios:

  1. Toda una declaración de intenciones, amigo. Desde luego tienes una visión del historiador/a que ojalá fuera la usual. Cuénteme a partir de ahora como uno de los lectores de este blog. Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias amigo, intentaré subir nuevos artículos conforme tenga tiempo para documentarme

    ResponderEliminar